domingo, 30 de mayo de 2010

Sobre la seguridad, la desinformacion y la demagogia


Hubo Un tiempo que a la casa de la calle Chacabuco la vecina de enfrente entraba por la puerta de chapa del costado sin tocar el timbre. Todas las mañanas esa puerta se abría y solo se cerraba cuando el sol se escondía.

Que en nuestra ciudad hay una ola de inseguridad es un hecho irrefutable. En menos de dos meses fueron desbaratadas dos bandas que tenían a mal traer a los vecinos y a la policía local. La característica fundamental de estos dos grupos de delincuentes es que los dos son importados del conurbano bonaerense y si bien en uno de los casos uno de los detenidos era asiduo concurrente a esta zona, su base operativa estaba en un sector caliente del norte bonaerense Ingeniero Maschiwts. También el otro grupo detenido el viernes por la mañana, provenía de zonas de alta conflictividad como San Martín y Fuerte Apache. Pero la prueba mas irrefutable del difícil momento que estamos pasando en materia de inseguridad la de el hecho de que mientras la policía se preparaba para trasladar a los detenidos se conocieron dos hechos mas, el robo a un lavadero de ropa y la denuncia del vecino Stupiello – a German Intilangelo en su programa la escalera – de varios robos cometidos en prejuicio de su agencia de motos, el ultimo la misma noche que se detiene a los ladrones del Barrio San Francisco. Esta particularidad de ser delincuentes que viajan 100 kilómetros para perpretar sus atracos nos demuestra básicamente dos cosas puntuales. Una la indudable actuación de entregadores locales y por otra parte la cada vez más marcada migración del delito del primero al segundo cordón del conurbano bonaerense y el alcance que ya tienen estas bandas hasta localidades a donde hace poco tiempo no llegaban tan frecuentemente.
El problema del aumento de la inseguridad es algo que ya vienen sufriendo ciudades como Lujan desde hace algunos años atrás, las corrientes migratorias hacen que la población aumente en forma desmedida y se creen asentamientos precarios o barrios obreros de clase baja, en donde el delito encuentra un buen refugio. Desde principios de los 90 Lujan vivió un paulatino aumento de su población y paralelamente un marcado aumento de la delincuencia, situación que continua en la actualidad

Pero ahora la cosa se ha puesto más complicada, las bandas de delincuentes están golpeando en donde la estructura de seguridad es más pequeña. Los delincuentes hacen inteligencia, sus informantes se van insertando en la sociedad y pasan datos sobre probables objetivos, en los dos últimos robos en el Barrio San Francisco, los delincuentes tenían alguna información - auque sea básica – sobre las victimas y de ninguna manera se trato de lo que se denomina “Robo al Voleo”.

Sin embargo lo que definitivamente nos pondra en carrera para manejar este tema tan dificil y nuevo en nuestra sociedad, es encontrar interlocutores validos que conozcan esta problematica a fondo y no dar falsas espectativas con posibles soluciones magicas. En los últimos meses desde un medio de comunicación local, se insiste permanentemente en la urgencia de poner cámaras de seguridad, tratando de hacer ver este sistema de vigilancia como lo mejor que no pudiese pasar, cuando en realidad se sabe que es un negocio enorme para unos pocos elegidos por el poder político y que si bien brinda una plusvalía al control del delito el valor que tienen sus imágenes para resolver los mismos es muy vago, pues las imágenes si no tienen la nitidez necesaria tienen poco valor probatorio. Es muy común que se forme opinión pública a través de la influencia de la prensa, la bajada de mensajes directos y subliminales tienen una alta incidencia sobre el inconciente colectivo, pero en este caso con una evidente escasa búsqueda de información veraz y de datos confiables, porque cuando se pretende comparar un cámara colocada en una avenida de la ciudad de Nueva York en los Estados Unidos de América, con lo que podría ser un servicio similar para nuestro medio local, se esta confundiendo a la gente. Pero la realidad siempre pone las cosas en su lugar, porque no fue una cámara de seguridad sino el llamado de un vecino, el que posibilito la detención de los cinco delincuentes el viernes por la mañana, porque las cámaras son eficaces, lo son fundamentalmente en el rol de disuasión y puede dársele también capacidad de prevención, pero no hacen de ninguna manera que el delito desaparezca. Solo el trabajo policial y la permanente colaboración del vecino, son efectivas para que la población este verdaderamente protegida y lo sucedido el viernes es una muestra cabal de esto.

San Andrés de Giles ha visto acrecentada su población notablemente en la ultima década, se han mudado muchas familias provenientes del conurbano y de la Capital Federal, que encuentran en esta localidad la posibilidad de adquirir una propiedad a un costo sensiblemente menor a los centros mas densamente poblados y encontrar también la tranquilidad perdida en sus lugares de origen. En los último tiempos los cada vez más frecuentes hechos delictivos en countries y barrios privados, hizo que cayera definitivamente la utopía de la seguridad privada y este hecho impulso aun más la búsqueda de lugares como Giles para establecerse. Pero a no engañarse, también hay inmigración de la otra, la proveniente de las zonas marginales del primer cordón del Gran Buenos Aires que impulsados tambien por la dadiva política y el boca a boca, que muchas veces comunica que en estos lugares es mas fácil conseguir una ayuda social y una atención medica de mejor calidad hace que migren tambien familias sin trabajo, sin hogar o muchas con empleos goldrinas que quedan establecidas a pesar de sus necesidades y no estoy con estoy acusándolos de delincuentes, pero es sabido que la migración de población trae aparejada, que el delito crezca también de manera exponencial y que se produzcan cambios radicales en la vida de las sociedades.

Otra consecuencia de ello es la perdida de la pertenencia, ya los vecinos no se conocen como antes y eso hace mucho mas difícil que se cuiden entre si, el anonimato esta ganado terreno y cualquiera puede advertir que cada vez hay mas gente “desconocida” caminando por las calles de nuestra ciudad, no quiero que se tome este editorial como una misiva anti inmigración todo lo contrario porque quien la escribe también fue un inmigrante, pero la vida en San Andrés de Giles ya no es lo que era y el panorama futuro tiende a ensombrecer, mas que a aclarar. No es irrisorio pensar que la futura autopista que se empezaría a construir en octubre haga una vez concluida, mucho más fácil el acceso de la delincuencia a nuestra ciudad, habrá que prepararse para cuando llegue ese momento. Pero mientras tanto deberemos adquirir anticuerpos contra aquellos que en nuestra localidad utilizan el tema de la seguridad políticamente y con claros fines electorales. Es muy gracioso ver estos personajes – algunos ya candidatos naturales para el 2011 – en entrevistas en los medios golpeándose el pecho y haciendo de la seguridad una bandera propia. Curioso no? cuando en Marzo de 2009 mas de quinientos vecinos nos juntamos en Plaza San Martín para reclamar seguridad, nunca dieron la cara. Y es que la demagogia termina siempre llevando a situaciones ridículas, situaciones que la misma sociedad se encarga rectificar. Hoy la casa de la calle Chacacabuco ya no esta, en su lugar se construyó otra pero en lugar de la puerta de chapa han puesto una reja, casualidad? NO, CAUSALIDAD