domingo, 8 de noviembre de 2009

tumbas del silencio





La dictadura militar en la argentina sembró muerte dolor y miedo por todo el territorio nacional. Miles de personas desaparecidas y miles de tumbas de muertos NN en cientos de cementerios de todo el país, que fueron siendo descubiertas a raíz de la minuciosa investigación de la CoNaDEP en los principios de la democracia. Sin embargo casi tres décadas después sabemos que nuestra ciudad no quedo exenta de esta siembra de muerte y terror.
Si bien existieron siempre comentarios de que en el cementerio local existían tumbas de NN, esta información ha podido ser confirmada, en los años de 1975 y 1976 cadáveres de personas denominadas como NN fueron depositados en el cementerio local.

28 años después esos cuerpos fueron ubicados y se esta procurando su identificación. Esta es la historia de dos tumbas y cinco cadáveres que fueron enterrados clandestinamente en San Andrés de Giles y de los que hoy se puede conocer la verdad. Hace algún tiempo en una mesa de café surgió la historia de que en el cementerio local habrían estado enterrados cuerpos de detenidos desaparecidos de la última dictadura militar y que los mismos habrían sido descubiertos años atrás y sus restos removidos. Intrigado por esta historia comencé la investigación que me llevo a contactar con miembros de Equipo Argentino de Antropología Forense. Científicos Argentinos que están dedicados desde hace años a la identificación de restos de personas de las que se desconoce su identidad, no solo en nuestro país sino también en varios continentes. Quizás su trabajo más trascendente haya sido la identificación de los restos del guerrillero Argentino Ernesto Che Guevara, en la localidad de la Higuera en Bolivia.

Carlos Somigliaan científico de EAAF nos cuenta que - El 16 de diciembre de 2004, un equipo del Grupo Argentino de Antropología Forense se presento en el cementerio de San Andrés de Giles por orden de la Cámara Federal de la Capital Federal, en un principio mediante la revisión de los libros de la necrópolis permitió conocer de manera más certera que inhumaciones habían sido registradas en la sepultura 57 de la Sección 12 del Cementerio Norte de San Andrés de Giles, En ese libro figura el ingreso en el mencionado Cementerio, - aunque sin especificar en el mismo el lugar de inhumación -, de tres personas fallecidas el 22 de diciembre de 1975. Las tres tienen la misma causa de muerte “Herida de bala y carbonización”. No había referencia al sexo de ninguna de ellas. Esto debe relacionarse con la noticia aparecida en el matutino “La Opinión” del 20 de diciembre de 1975: “Tres cadáveres con numerosos impactos de bala fueron hallados carbonizados a la madrugada de ayer en Capilla del Señor, cerca de San Andrés de Giles”. Si bien en el lugar respectivo del registro no figura un lugar de inhumación, en el año 1984 y a raíz de una solicitud de informes que cursara la CoNaDEP a la Municipalidad de San Andrés de Giles esta informó que estos tres individuos habían sido inhumados en la sepultura 57 de la Sección 12.


El 29 de agosto de 1976 ingresan en la misma necrópolis dos cuerpos, con causa de muerte “Carbonización total”. Inicialmente son depositados en el nicho 65 de la Sección 1ª aunque después (desafortunadamente el registro no especifica fecha) son trasladados a la sepultura 57 de la Sección 12. Sin duda tiene que tratarse de las dos personas cuyos cuerpos habían aparecido en la localidad de Solís el 26 de agosto de 1976. El Legajo 8178 de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires consigna el hallazgo de dos cuerpos, el 26 de agosto de 1976 en “Cuartel 7mo., distante 20 Km. de la dependencia, en camino vecinal a 600 m. ruta nac. 8. Solís”, totalmente calcinados, con intervención de “Cría. San Andrés de Giles, UR Morón. Cadáveres a morgue de Solís, juez penal Dr. Oliva”.
Muestras de los restos recuperados fueron remitidas, por orden del Tribunal mencionado y en el marco de la "Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Perdonas Desaparecidas" a un laboratorio en los Estados Unidos de Norteamérica y, ya secuenciadas, están siendo comparadas con las muestras de sangre aportadas por familiares de personas desaparecidas. Hasta ahora ninguna de las muestras procedente de San Andrés de Giles ha podido ser identificada.
El tiempo pasa pero la historia queda y esta historia que fue oculta tanto tiempo ahora ve la luz y la reflexión mas intensa que se nos puede imaginar es aquella que expresara la CONADEP a finalizar su triste trabajo de investigación NUNCA MAS

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