
Algo que pocos saben es que en tiempos de la caída estrepitosa de De la Rua ese diciembre trágico de 2001, llegaba Raúl Alfonsin una noche a su departamento de la Avenida Santa Fe y la turba cacerolera al grito del “que se vallan todos” se le abalanzo, siendo salvado de la agresión física milagrosamente por un custodio.
Paradójicamente la ultima enseñanza del viejo maestro jaqueado por la muerte fue justamente la de volver a la política. Volver al partidismo, a los ideales. Dejar de lado los personalismos, oponiéndose virtualmente a la práctica habitual de estos días de la búsqueda de “figuras” que “midan bien”. De la ideología, de los ideales pocos se acuerdan y la sociedad sigue adormecida en su letargo inducido, tras la negra noche menemista. Porque es durante esta etapa de nuestra historia en donde fueron inculcados los valores neoliberales que justamente, tienen que ver con el desprecio por la política y el sobre valor de lo personal por sobre lo comunitario.
El verdadero legado del patriarca radical, es la nesecidad del dialogo, de la búsqueda de valores morales y sociales por sobre la exposición y la buena “falsa” imagen. Pero casi nada de esto es tenido en cuenta, y nuestra comunidad no escapa a la tendencia, por parte de todos los sectores políticos hoy mismo se visita a personas de las cuales se cree que son de buena penetración en la sociedad, o en definitiva bien vistas por el electorado, esto en si, no esta mal, pero no deja de ser superficial y efímero en desmedro de personas con experiencia, militancia y coherencia. En este punto podríamos preguntarnos en donde esta el compromiso, si solo se busca gente para prometerle muchas veces un puesto en una lista “a salir “. La vieja utopía de querer cambiar las cosas , las ideas, el verdadero compromiso social ha quedado de lado.
Y nadie escucha al viejo patriarca del radicalimo, todos se colgaron de su cajón buscando protagonismo. Hoy a quien se hecho por traidor, hoy se le ruega regrese solo en pos de conseguir algunos votos mas, y la política pareciera repetir el mensaje de aquel triste diciembre de 2001, la política es una porquería, de la que deberíamos permanecer bien lejos.
Ahora pienso en todos los miles que insistían en el “Que se vallan todos” y que tanto odiaba el viejo Raúl y me viene a la memoria esa frase de Ives Montand, el notable actor francés, que una vez hace ya mucho tiempo, y siendo consultado acerca de su opinión sobre la política contesto
aunque no te ocupes de la política, ella se ocupara de ti
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